El X Congreso Eucarístico Nacional es la continuación de un legado. Reanudamos ahora el trabajo iniciado hace mucho tiempo para comprender y adorar el mayor don que la humanidad ha recibido jamás.
Un hito dentro de la Avivamiento Eucarístico Nacional, este será un momento generacional y el comienzo de un nuevo capítulo para la Iglesia en los Estados Unidos. Ven, Espíritu Santo!
Sigue leyendo para descubrir por qué el renacimiento de este legado es fundamental en este momento y explora la fructífera historia de los Congresos Eucarísticos en Estados Unidos.
Explore la historia de los Congresos Eucarísticos Nacionales en Estados Unidos y la evolución de estos encuentros para adaptarse a las necesidades de la época.
El primer Congreso Eucarístico fue de ámbito internacional, con el apropiado lema "La Eucaristía salva al mundo". Esto lanzó un movimiento de Congresos Eucarísticos en todo el mundo, inspirando a los católicos a unirse en el culto en torno a la mesa eucarística.
Los cinco Congresos Nacionales celebrados en Estados Unidos bajo la presidencia de monseñor Maes fueron en su mayoría reuniones del clero en las que se rezaba, se presentaban ponencias sobre temas eucarísticos y se debatía, fruto de lo cual fue la articulación de importantes resoluciones.
El obispo Schrembs cursó la primera invitación nacional a laicos en la historia del movimiento congresual. Además del habitual comité de planificación formado por clérigos, hubo un comité de laicos, y las sesiones para clérigos se complementaron con sesiones y programas para hombres y mujeres católicos.
La Segunda Guerra Mundial interrumpió los planes de celebrar Congresos en todo el mundo. Los Congresos Internacionales se reanudaron en 1952, incluyendo una reunión histórica en Filadelfia en 1976. Sin embargo, ¡los Estados Unidos no han celebrado un Congreso Eucarístico Nacional en 83 años!
El tan esperado X Congreso Eucarístico Nacional será un punto culminante dentro de la Avivamiento Eucarístico Nacional y un momento decisivo para nuestra generación. ¡No querrás perdértelo!